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Parte 3 de la serie de la semana.
Del mismo disco merece una mención especial "El hombre del piano". Si, es basada en la original de Billy Joel ¡Pero como la canta Ana Belén!
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A la sombra de un León.
Letra: Joaquín Sabina/Josep María Bardagí
Música: Josep María Bardagí
Del dísco: Mucho más que dos
Llegó
con su espada de madera
y zapatos de payaso
a comerse la ciudad.
Compró
suerte en Doña Manolita
y al pasar por la Cibeles
quiso sacarla a bailar
un vals
como dos enamorados
y dormirse acurrucados
a la sombra de un león.
"¿Qué tal?
estoy solo y sin marido
gracias por haber venido
a abrigarme el corazón."
Ayer
a la hora de la cena
descubrieron que faltaba
el interno dieciséis.
Tal vez
disfrazado de enfermero
se escapó de Ciempozuelos
con su capirote de papel.
A su estatua preferida
un anillo de pedida
le robó en El Corte Inglés.
Con él
en el dedo al día siguiente
vi a la novia del agente
que lo vino a detener.
Cayó
como un pájaro del árbol
cuando sus labios del mármol
le obligaron a soltar.
Quedó
un taxista que pasaba
mudo al ver como empezaba
la Cibeles a llorar
y chocó contra el Banco Central.
Del mismo disco merece una mención especial "El hombre del piano". Si, es basada en la original de Billy Joel ¡Pero como la canta Ana Belén!
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A la sombra de un León.
Letra: Joaquín Sabina/Josep María Bardagí
Música: Josep María Bardagí
Del dísco: Mucho más que dos
Llegó
con su espada de madera
y zapatos de payaso
a comerse la ciudad.
Compró
suerte en Doña Manolita
y al pasar por la Cibeles
quiso sacarla a bailar
un vals
como dos enamorados
y dormirse acurrucados
a la sombra de un león.
"¿Qué tal?
estoy solo y sin marido
gracias por haber venido
a abrigarme el corazón."
Ayer
a la hora de la cena
descubrieron que faltaba
el interno dieciséis.
Tal vez
disfrazado de enfermero
se escapó de Ciempozuelos
con su capirote de papel.
A su estatua preferida
un anillo de pedida
le robó en El Corte Inglés.
Con él
en el dedo al día siguiente
vi a la novia del agente
que lo vino a detener.
Cayó
como un pájaro del árbol
cuando sus labios del mármol
le obligaron a soltar.
Quedó
un taxista que pasaba
mudo al ver como empezaba
la Cibeles a llorar
y chocó contra el Banco Central.
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