jueves, mayo 04, 2006

Escuela.

Bien dice cierta canción que las memorias son como unos ladrones al asecho, esperando el momento oportuno para saltarnos encima, y así me pasó mientras estaba en una gasolinera. Mientras espero a que se cargue el tanque, miro un nuevo residencial y la calle pavimentada que cruza entre las casas. Las casas son nuevas, pero recuerdo a la calle antes que tuviera su moderna capa de asfalto y sus casitas recién amuebladas.

Hace unos 8 años ahí estaba en esa vía, trepado arriba de un Chevrolet blanco aprendiendo a manejar. Mi padre me llevó ahí porque había pocas viviendas, escaso tráfico y la calle no estaba en mal estado. Íbamos ahí religiosamente cada domingo, mientras aprendía a entenderme mejor con el embrague, el freno y el acelerador. Unos meses después me gradué de esas calles y me permitieron empezar a circular por el boulevard con supervisión.

Años después, en otras circunstancias, a algunos pocos metros de esas calles (...y ya sin la supervisión) estoy en la noche impactado, aprendiendo un poco más de ella, enterándome de lo que piensa, de como sabe su boca y de cómo estaba temblando. Saboreo aquel momento y me pongo a pensar sobre ese instante, sobre ella y sobre lo que...

*clac*
-¿Lo dejo en 305 oiga?
-Eh, si...
(vaya manera abrupta de viajar algunos años...)

Pagada mi deuda, me retiro de esta no tan vieja gasolinera, que ya no es tan honesta como lo era hace un mes, pero creo que aún así me tendrá cautivo para ver si cuando regrese puedo seguir pensando en donde me quedé.

2 Comentarios:

Blogger R2 dijo...

Aaawww...

11:58 a.m.  
Blogger Charlotte Corday dijo...

:')

11:23 a.m.  

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